martes, 11 de octubre de 2011

...Será?

¿Y si todo esto se trata de aceptar que somos mortales? ¿Si de ahí viene el miedo? Porque nunca miramos realmente a la cara a ese hecho, salvo en raras ocasiones. ¿Y si significara comprender que hagamos lo que hagamos todo tiene el mismo final? Claro que da ansiedad. Porque todo parece carecer de sentido. Y ya nadie nos dice con qué llenar ese vacío, ese trayecto. 
¿Y si en vez de anclarnos en temer ese momento y esperarlo en un mar de ansiedad, mejor vivimos lo que queremos vivir? Para hacerlo creo que es necesario vivir el miedo, y dejarlo irse, porque tan natural como es su presencia, lo es también la capacidad de ahuyentarlo, de enfrentarlo con energía de vida, genuina, visceral, carnal, sin maquillaje.

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