martes, 23 de septiembre de 2014

La televisión realmente te arruina. Y no podés dejar de mirarla. Critico todas las malditas películas de amor, las comedias románticas, todas. En todas sabés a los diez minutos cómo va a terminar, y aun así te quedás mirando. Todas terminan bien, incluso en las que la protagonista tiene más de 30!: Pasados los 30 se enamora como nunca en su vida, la aceptan loca como es, y el tipo es un chongazo que está "más fuerte que televisor de geriátrico". Y por lo general queda embarazada y el galán no sale corriendo.
En fin, decía que te arruina la cabeza. Yo sigo buscando a "el protagonista". Dudando si ya lo conocí o no, si hasta ahora todos fueron personajes secundarios y extras, porque el indicado no entró a escena, o si en realidad ya se viene el final feliz donde el protagonista regresa, o se afirma, y reclama a la chica, que cae rendida a sus pies. Por lo general suelo pensar que aun no apareció el galán, por razones obvias, pero el tiempo transcurrido (largo prontuario diría mamá) me hace reflexionar que quizás lo dejé pasar y debería hacer algo para recuperarlo o estar más alerta para cuando venga otro. Y en realidad, o tratando de volver a ella, creo que no existe el galán, es una la que se cree esa ficción (en la realidad), es una la que tiene que saber darle entidad de tal al sujeto indicado. Supongo... Pero cómo me gustaría no tener que hacer el esfuerzo, que todo pasara como en las películas. Que un director y un guionista barato te resolviera todo. ¿No estaría bueno? Si eso pasara yo escribiría para mujeres notas en las que impartiría mi "sabiduría" sobre relaciones (que debería ser tal considerando el recorrido) y alguien me pagaría por ello. Y un tipo adinerado, fachero y bien plantado se enamoraría de mi autosustentabilidad, apertura mental y buen gusto para los zapatos. Ah no, cierto que no...

septiembre 14

Yo no sé si esto es la madurez, si esto son los 30. Sólo noto que me volví una persona que piensa en sí misma mucho. Bah, "me volví", o estoy en una fase así, quizás después ya no sea así, veremos. Pero como decía, me voy haciendo más egoísta, más sincera, pienso menos, casi no me ato a ningún pensamiento, ninguna sensación, ningún razonamiento. No tengo línea de acción, asumo que todo es subjetivo, variable y todo pasa.
Increíblemente, ser menos idealista, más realista, más sincera (más cruel a veces), también hizo que la gente a mi alrededor me valorara más (o eso siento). Esto lo aprecio muchísimo y me da satisfacción. Pero cómo no sentir la imbatible incertidumbre de si alguna vez volveré a aferrarme a algo (que no sean mis ganas del momento) ¿Está bien no ser ya teleológica? ¿Vivir el momento, carpe diem? ¿No apareja un vacío? ¿Cuánto dura esta satisfacción con el hoy y aquí? De cualquier manera, la única respuesta que puedo llegar a esbozar a todo esto es que en tal caso esto es natural, es muy orgánico (porque me voy escuchando), y no debería ser contrario a mi naturaleza, así que si lo que viene es un nuevo aferramiento, voy a saber recibirlo y reconocerlo en mí. Espero. Esto parece indicar un deseo, una ansiedad de aferrarme. Pero sé que no puedo forzar algo así. Ese es mi camino ahora.: aprender a no forzar. A "transitar", como alguien me dijo lleno de luz en mi fatal oscuridad hace 3 años.
En fin, creo que escribir me ayuda a transitarlo, es un placebo de la ansiedad de aferrarme, me reconozco atada al lápiz y papel, y me seda, me acompaña, como siempre. Hoy sé que la compañía ajena es una ilusión, que por sólo un rato nos llena, pero que jamás hay soledad cuando te conectás a tu deseo y le quitás barreras a su realización. Estar acompañada en soledad es mi otro gran desafío. Estar intentándolo me hace quererme un poco más.

agosto 14
TENGO que mudarme. Dejar mis cosas en otro lado. Dejar mis pasos, mis besos, en otro lado.
Tener la ilusión en otra esquina, la mirada en otras puertas, la esperanza en distintos pavimentos. 
Barrer con los ojos otras veredas; y que sacar la basura sea sacar la basura. Porque si mis suelas transitan en constante estas baldosas, mi mente se pierde, mi corazón hace ruidos y el cuerpo se confunde. Construyo una ilusión, un holograma para las piezas de un rompecabezas incompleto. Y queda tan hermoso... Que me hace viajar a un futuro que no existe, desde un pasado manipulado, que dejó un presente que no vivo.

agosto 14

martes, 17 de junio de 2014

Errores

El solo hecho de pensar en vos me produce más emociones que muchos elementos de la realidad que vivo en otras circunstancias. Fue tan fuerte lo que sentía, me sacudían las emociones que nos provocábamos, a veces para mal, a veces para bien. Y te sigo extrañando. No como el primer día, pero sí mucho, de una manera menos ansiosa. Un poco menos, ya no estoy a punto a cada segundo de llamarte a gritos para ponerme en tus manos. Pero extraño todo de vos, tus quilombos, tu piel, tu altura, tu pecho, tu infinita boca, el tamaño de tus manos, tu dedito del pie, la manta suave que es tu espalda, no poder parar de acariciarla. Pero sufro de sólo pensarlo, y sufría al necesitar tanto de todo eso en ese mismo momento, aquel. 
Pero también sé que aproveché cada segundo. No tuve límites para sentirte, te busqué, te disfruté, te abracé y besé tanto como pude. 
Esa entrega, lamentablemente, el recuerdo de ella, está atada al recuerdo de una frustración constante sin embargo. Frustración que construimos, los dos; yo con mi demanda, vos con lo tuyo que quién sabe qué fue. Pero es tan intenso que a veces pienso por momentos que quiero volver a padecerlo.

domingo, 8 de junio de 2014

"Nuestro contacto con la naturaleza salvaje nos impulsa a no limitar nuestras conversaciones a los seres humanos, ni nuestros movimientos más espléndidos a las pistas de baile, ni nuestros oídos sólo a la música de los instrumentos creados por la mano del hombre, ni nuestros ojos a la belleza "que nos ha sido enseñada", ni nuestro cuerpo a las sensaciones autorizadas, ni nuestra mente a aquellas cosas sobre las cuales ya estamos todos de acuerdo."


"Mujeres que corren con los lobos", Clarissa Pinkola Estés.

sábado, 17 de mayo de 2014

En crudo

Esto va a doler y no quería sufrir. Por eso me aferro de golpe a una esperanza, a algo liviano para no caer al fondo. Pero en el fondo sé que no hay algo real de que agarrarse.
Me da una impotencia, un capricho de nena chiquita...! "¿Por qué, por qué no puedo moldear las circunstancias a mi gusto?" Es infantil, lo sé, y para enfrentar ese deseo inmaduro es que escribo. Busco compañía, abrazo de estas letras, del papel. Un desagote porque sino no sé si no voy  a volver corriendo. TENGO que evitarlo. En el fondo lo sé.
Y en la superficie está esto: Esta nena estúpida, caprichosa, masoquista, idealista, de baja autoestima, que no quiere enfocarse en ella, encontrarse con ella misma y ser serena. No! Quiere que vuelvas en un caballo blanco y con rosas, dispuesto a ser otro por ella, por  quererla bien.
Sé que no va a pasar, no está pasando, ni tampoco vas a venir a cuestionarme nada, porque no te interesa, o no te interesa lo suficiente para arriesgarte. Al final eras vos el miedoso... Y sí, me da bronca, más vale, porque duele. Y me duele sola, y me da más bronca porque sospecho que a vos también te debe doler. Y en un arrebato preferiría que nos doliera juntos, pero no, no tiene sentido, no lo busques, no lo busques

Perspectiva

Van como dos semanas, y es poco pero parece muchísimo. Cuanto más pasa más vuelvo a vos. Tu imagen vuelve, te tengo cuando voy  a dormirme, cuando sueño. Sin embargo se ve muy inalcanzable, difusa... Qué extraña es la manera en que recordamos...
Encima enseguida tengo el mismo sentimiento, un arrebato, un impulso a estar sobre vos, un apego insoportable. Cuanto menos demostrás más me atraés, y seguramente debés saberlo y lo hacés adrede para atraparme. Pero ¿si me querés atrapar quiere decir que me querés? ¿O que sólo te gusta ejercer tu poder? Quisiera que pudieras querer bien. Quisiera que eso sucediera rápido y poder abrazarte y entregarme de vuelta. Pero sintiéndome protegida, segura.
Me da bronca, me indigno, y a la vez me regodeo masoquistamente en el hecho de que me gustás tanto sin razones. Como que racionalmente intento alejarme al no haber un sólo factor racional en mi elección, pero también racionalmente sospecho que en realidad sí hay algo bueno que pueda unirnos. Eso nace de una sensación, incipiente, algo en tu mirada, en las pocas veces que te pude mirar por dentro. El tema es que para mirar por dentro tuyo tengo que escarbar incansablemente, y no sé si tengo tal voluntad. No quiero que estar con vos sea un trabajo, tanto desgaste de energía. Quisiera que avanzaras en dirección a aportar a cambiar eso. Pero ya pretender que estemos hablando el mismo idioma parece a veces mucho pedir. A veces no sé si entendés demasiado o estás a kilómetros de distancia.

miércoles, 16 de abril de 2014

Oda a los lunes

Por qué mi cuerpo se resiste a la rutina, a cosas sin sentido, etc.. Mi mente no, ella pone a mi cuerpo allí pero él no quiere saber nada con la adaptación "social", al sistema, a tener que ser desoído  por el sólo hecho de necesitar vender la fuerza de trabajo. Él se incomoda, yo me incomodo, no sé qué otra cosa busco pero me cae encima como una sensación de aprisionamiento. Prisión que yo misma busco o mantengo porque sigo queriendo mantener el sustento. "La vida es una cárcel con las puertas abiertas".. Bien Calamaro.. Cuestión que no sé qué busca mi cuerpo, mi espíritu, pero es inquieto, pero no tanto como para dar un gran salto. Quisiera darlo, necesito que se me abra una puerta. Un empujón, una señal. ¿Están ahí y no las veo? No sé... Dos fuerzas me tiran, una de cada lado, no sé cuánto más podré desoir mi cuerpo, aunque le doy su alimento cuando puedo, cuando dejo la jornada laboral. Y él resiste, se fortifica, subsiste, gracias a eso. Pero a veces pide y no entiendo. ¿Por qué soy tan rebelde? ¿Por qué no puedo adaptarme a los que todos se adaptan? Hay algo en mí que no puedo aplacar, se me sale por los poros, corre por mi espalda, mi nuca, mis hombros, me pesa. Es una rebelión que no estalla, que no jode a nadie, sólo a mí. Yo preferiría ser rebelde explosiva, no implosiva. Y no me sale, me angustia. De a poco, igual, y con ayuda, voy tirando afuera algunas cosas. Suelto. Libero.
Intento descubrirme, liberarme, dejarme. No sé cuál es mi mayor traba, quién me impone, qué tengo adentro inculcado que me cierra la visión, me corta el impulso.