sábado, 30 de julio de 2011

(primer hoja de) "Palabras", de Jacques Prévert

(qué bien escribías ♥ )


Cuando leí "El tiempo perdido", un año antes de conocerte, entendí hasta dónde podía llegar la fuerza de la palabra.
La poesía me enseñó de la forma más materialista el camino de la militancia. En aquel momento, a tu edad, decidí meterme en esta batalla por recuperar el tiempo para los hombres.
Hoy me encontré nuevamente con este libro. Conté los años hacia atrás y te encontré en todos ellos. Fue tiempo ganado, fue tiempo bien vivido.
Creo que nunca  te regalé un libro, pero nunca es tarde. Disfrutalo todas las noches, hacé tuyas estas palabras, y soñemos que quizás, en algún momento, será otra vez nuestro tiempo, nuestro sol y nuestras mañanas.
Te quiero


22/VI/2006

sábado, 9 de julio de 2011

M y E

El miedo se te agarra a las venas, te obstruye todo, te toma, te recorre, te domina como nada nada nada en el mundo podría hacerlo. Más que cadenas, más que el hambre, más que la violencia, más que la muerte, que el dolor. El dolor pasa y responde a algo. El miedo es lo más incierto, no sabés cuándo viene, cuándo se va. No deja rincón sin tocar. No sabés por qué. Y es tan tuyo. Que en realidad está a tu cargo.
Es lo más carnal e intenso que podés sentir, el cuerpo actúa bajo sus exclusivas órdenes, no tiene dudas. Y sin embargo, cuando se va, se va todo junto, se va de pronto, y deja un vacío hermoso que hace que te florezca la mirada. Es como dejar en el piso toneladas de cemento que cargás en la espalda. La energía mata al miedo, la energía es lo que ese miedo quiere obstruir. Y ponés ahí el miedo preventivamente, no sabés aún por qué. Pero cuando la energía asoma es como un nacimiento. Y te preguntás cómo algo tan natural, simple y placentero puede ser algo que te asusta tanto. Quizás no haya respuesta, quizás el camino es buscar que asome y perderle el miedo. Y finalmente que fluya. Quizás haya que confiar. Pero sin certezas. Eso es valentía. Y sabés que el mundo está para vos. Y vos estás, querés estar. No tenés que olvidarlo. Volver a confiar en tu cuerpo, como canal para esa energía, cuyo destino es siempre salir, no morir.

sábado, 2 de julio de 2011

(Comienzo de improvisación)

Comer el amor, que nos mate el hambre y extasiarnos de comida.
Quisiera que me hicieras explotar en risas. Que me pintaras de colores la mesa. Que me hicieras desgastar toda mi energía y durmieras conmigo para recargarla. Quisiera dormir, soñar con ositos suaves y despertar con el sol tibio en la cara.
Derretirme en el piso, ensuciarlo, empujarlo. Despegar, saltar y correr de tu mano. Chocar, separarnos, comernos a besos. Enredarnos en la ropa, respirar al compás de ese momento de dos. Relajarnos para sentir absolutamente todo. Saltar todo el miedo. Que todo se convierta en placer. Agradecerte infinitamente por esa conexión, por ser humano conmigo. Gracias