martes, 25 de octubre de 2011

cuando te tuve acá, en esta misma cama, reflejabas la luz sepia maravillosa de aquel atardecer. una nube de humo envolvía tu perfil, sereno, y tus ojos se volvían más translúcidos a cada segundo. la atmósfera que creaste no la volví a vivir. los sonidos de ese día quedaron reverberando en mi imaginación y no volví a encontrarlos en ningún rincón real. su mediocre eco sólo opaca la sensación de este gélido presente, que me encuentra sin sensaciones, sin alegría, sin expectativa, sin apenas el asomo de un momento mágico como aquel. sé que para vos se habrán repetido ocasionalmente, y me alegro por eso; yo mientras espero. espero. al menos espero.

1 comentario:

  1. a veces sólo sabés que algo realmente sucedió porque tanta imaginación no tenés

    ResponderEliminar