lunes, 21 de junio de 2010

Sí, me empujaste a ordenar mis muebles, me dijiste que las lámparas normales no me convenían. Me prestaste un libro, me ayudaste a buscar trabajo. Me hiciste tomarle el gusto a la (tu) guitarra, me mostraste qué es un blog, me lo contagiaste. Me hiciste notar mis defectos. Me acercaste a querer cambiarlos, querer quererme más.
Pero no quisiste quererme vos más. No aprendiste nada. Nunca hubo ese intercambio que dijimos. Reinó nomás el monólogo, no? Seguís siendo un pequeño atrevido, que osó mostrarme cosas y huir.

mayo 2010

4 comentarios:

  1. Conozco bien a alguien así.
    Por otra parte, ahora conozco tus textos.
    Encantado.

    ResponderEliminar
  2. numi? hola! gracias por comentar! No entendí bien lo primero pero yo tamb encantada de q aparezcas... colgate algo más si querés.. beso!

    ResponderEliminar
  3. Misterioso comentario. Me hizo recordar a alguien este texto...

    ResponderEliminar
  4. mhh seguirá en el misterio.. pero qué lindo.. nunca me pasó.. (q a otro le pasara igual)- gracias :)

    ResponderEliminar