Sí, me empujaste a ordenar mis muebles, me dijiste que las lámparas normales no me convenían. Me prestaste un libro, me ayudaste a buscar trabajo. Me hiciste tomarle el gusto a la (tu) guitarra, me mostraste qué es un blog, me lo contagiaste. Me hiciste notar mis defectos. Me acercaste a querer cambiarlos, querer quererme más.
Pero no quisiste quererme vos más. No aprendiste nada. Nunca hubo ese intercambio que dijimos. Reinó nomás el monólogo, no? Seguís siendo un pequeño atrevido, que osó mostrarme cosas y huir.
mayo 2010
Conozco bien a alguien así.
ResponderEliminarPor otra parte, ahora conozco tus textos.
Encantado.
numi? hola! gracias por comentar! No entendí bien lo primero pero yo tamb encantada de q aparezcas... colgate algo más si querés.. beso!
ResponderEliminarMisterioso comentario. Me hizo recordar a alguien este texto...
ResponderEliminarmhh seguirá en el misterio.. pero qué lindo.. nunca me pasó.. (q a otro le pasara igual)- gracias :)
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