viernes, 17 de febrero de 2012


(de Constitución a Témperley)


¿Es vanidad publicar algo que escribimos? ¿Es necesidad? Creo que aunque fuera vanidad, con esconderla no ganamos nada, va a seguir estando allí. Es una parte más de cómo somos. Y la vergüenza por eso no va a ayudarnos tampoco. Sí ayuda expresar, para mí. Desahoga, y en el mejor de los casos nos acerca a las personas. Si nos acerca mostrando que en un rincón también somos vanidosos, bienvenido sea. Quien prescinde de algo de vanidad, que intente demostrarlo. ¿Quién no aprecia que lo elogien? ¿A quién no le reconforta que alguien se interese por lo que le pasa? ¿Cuántos creímos estúpidamente que había que ser "mejores" y no "más felices"? Para mí claramente es al menos una necesidad escribir esto. Y una satisfacción. Aún antes de que lo leyera nadie. Me alegré cuando tuve el primer comentario al respecto, claro. Y lo aprecio cada vez, cuando alguien me felicita y cuando alguien me cuestiona. Porque "es muy mío", como varios observan y yo lo siento. Y está bien que así sea. Hay espacios para todo, y éste yo lo tomo así, para no filtrar nada, para escapar de la vergüenza que nos da poner afuera lo que hay adentro. Pero además de autocomplacerme la mera actividad de escribir, y difundir, estoy pensando que tuvo y tiene algo que no esperaba: mostrarme como soy (o como estoy), o gran parte de ello, me relacionó con mi entorno de otra forma, me ayuda a sacarle más provecho a cada lazo, cada intercambio. Es como una pequeña puntadita en un cascarón gigante que rodea a cada uno y a cada relación. Me desacartona, me "hermana" más con los demás, por estúpido que suene; me ayuda a afirmarme con mis imperfecciones, lo cual debe ser muy vanidoso pero sumamente necesario. Hoy. Acá. Después quién sabe...

No hay comentarios:

Publicar un comentario