viernes, 18 de febrero de 2011

(mínimamente censurado) Mejor que nombrarte es soñarte. Me iré a dormir con ese deber. Deber placentero y reconfortante, hermoso. Conocerte fue un rayo de luz en la noche, una ráfaga de color que me atravesó la mirada. Encontrarte me hizo querer probarte, instantáneamente, al segundo de descubrirte. Me quedó el ansia de recorrerte, de dejarme vencer en tu piel; de que arañes mis intrigas, desgarrando ese aire denso que se creó entre nuestros ojos. Ese silencio fecundo me dio una señal de que me tenés en algún rincón de tus pensamientos. Pena que tenés otra. Pena que no soy yo la que acaricia tu pelo y duerme en tus sábanas. Me voy a soñarte, amarte, buscarte, odiarte, quién sabe...


junio 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario